!!! EL DÍA QUE LOS HOMBRES VENCIERON A LOS DIOSES...!!!                                                                     Como comienzan los cuentos y las Leyendas..." Había una vez..."... Un hermoso, cálido, alegre y afectuoso País...Con su multicolor paisaje, con su Pueblo multiracial,  con su diversidad cultural y sus infinitos Dioses......Los Católicos por la colonización Portuguesa...Los Orixás traídos por los esclavos Africanos, con su Diosa del Mar, con su Rey del Carnaval...etc...etc...Pero le faltaban los Dioses del principal deporte...!!! EL FÚTBOL...!!!...Y para eso se organizó la gran fiesta Mundial, y se construyó el mayor Templo deportivo jamás visto...y el Pueblo lo colmó con sus cantos, su alegría, su fe y su devoción por los propuestos a ocupar ese lugar en el Altar de la pelota...Y así entraron, llenos de soberbia, al majestuoso coloso de cemento gris, (que se pintaría con los colores del Campeón)...Barboza, Augusto, Juvenal, Bauer, Danilo, Bigode, Friazza, Zizinho, Adhemir, Jair y Chico...los futuros Dioses del desierto Reino...Sólo con el empate entrarían en la Posteridad...y se pusieron en ventaja y el Templo pareció estallar y la euforia les llegó a los casi-Dioses...Pero, en toda historia hay "un malo"... y un morocho (porque no era negro, aunque le decían), agarró la pelota, discutió, reclamó, enfrió el ambiente y cuando la euforia se calmó...siguió el partido...Los 11 tipos en los que nadie había reparado, empataron, y la preocupación llegó al Templo...Los 11 tipos se pusieron en ventaja y el templo se silenció y los aspirantes a Dioses palidecieron...Y el partido terminó, a los frustrados Dioses y sus lágrimas, se los tragó el túnel, a los devotos los invadió la angustia, el dolor y se fueron arrastrando los pies y mirando el piso...Los 11 tipos, junto a los suplentes y los ayudantes técnicos (los dirigentes no estaban), se fueron con el Trofeo y los sueños destrozados de un Pueblo que siguió sin Dioses deportivos...El inmenso Templo quedó como mudo testigo, mientras que unos anónimos trabajadores empezaron, lentamente y entre lágrimas, a pintar de CELESTE el gris cemento...